martes, 10 de diciembre de 2013

Avril Lavigne: Del rock a la madurez

La cantante canadiense habla acerca de su nueva producción, el proceso creativo de mano de su esposo, así como del proceso de madurez al que se enfrenta luego de 12 años de carrera desde que lanzó su primer disco.

En la portada del nuevo álbum homónimo de Avril Lavigne, aparenta haber crecido, pues tiene una expresión rígida y maquillaje oscuro que bordea sus ojos.
Pero lo primero que canta en el disco es “no me importa mi maquillaje” (“I don’t care about my makeup”), así que probablemente es mejor prestarle atención al viejo consejo de que a los libros hay que juzgarlos por su contenido y no por la portada. Con Avril Lavigne hay un montón de himnos divertidos de pop que ella sería la primera en reconocer, pero con la canadiense no se puede ser muy profundo. Lo sofisticado no es lo suyo, aunque en el CD parece haber una fricción entre el impulso de mantener su juventud y el que la lleva a crecer. En esta entrevista, Lavigne está tan relajada y segura de sí misma como pretende hacérnoslo creer en sus canciones.

La sensación que me deja este álbum es definitivamente el de un sentimiento de verano. No parece muy acorde al mes de noviembre sacar temas como “Bitchin”, “Summer” y “Sippin on Sunshine”.
—Es gracioso porque me pregunté si este álbum iba a convertirse solamente en un lanzamiento de verano. Estábamos escribiendo mucho en esa época y yo quería tener una canción de mitad de año, tú sabes: manejando buenas sensaciones y buenos tiempos. Durante una semana escribí letras de ese tipo. Pero este disco tiene canciones como “Bitchin”, “Summer” y “Sippin on Sunshine”. Y, bueno, el rock and roll también tiene este tipo de sensaciones. El lanzamiento de la grabación estaba estipulado para antes, pero cambiaron la fecha tres malditas veces.

Pareces atrapada entre el sentimiento de “estoy aquí para no crecer” y el de estar madurando…
—No es tan profundo, musicalmente hablando. Me gusta estar en los escenarios y escribir canciones de pop-rock. Eso es lo que todos quieren oír de mí, y ahí es cuando todo el mundo se comporta como un mono y levanta el puño. Pero tengo diferentes lados: disfruto sentándome en el piano y contar una historia a fondo y escribir una balada emocional, pero también amo el rock, así que en este disco tengo la canción “Bad girl” y “Hello Kitty”, que tiene un sentimiento electrónico medio grunge. El álbum es diverso y quería escribir de todos los tipos y ánimos posibles.

También hay muchas menciones sobre borracheras. Creo que no sientes que vaya a haber una referencia directa del disco en la radio.
—(Risas)

¿Hay personas que te digan que no pueden poner tu disco en la radio por el tipo de contenido?
—Hay una versión limpia y una explícita. Es algo en lo que definitivamente pienso, pero luego me llega la oportunidad de ofrecer dos opciones.

En este disco colabora bastante tu esposo, Chad Kroeger. He oído que es como una fotografía instantánea del desarrollo de su relación. ¿En qué punto del proceso creativo se dieron cuenta de que había algo? ¿En qué punto de estar componiendo y trabajando juntos se dieron cuenta de que estaban enamorados?
—Bueno, trabajamos en el álbum y él estaba de gira. Luego él se fue y después volvimos a trabajar. Trabajamos en diferentes momentos. Cuando tomé un descanso tras el fin del tour, me mudé sola a Francia. Él fue a visitarme y fue la primera vez que estuvimos juntos sin que estuviera presente el trabajo.

¿Alguna canción nació producto de ese cortejo?
—Tenemos un dueto en el disco. Esa canción fue la primera vez que trabajamos juntos. Luego, también trabajamos en una pista llamada “I said that I love you”, y también fue un dueto, y es inédito.

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